miércoles, 9 de febrero de 2022

Naciendo de una negra mancha.

Hay momentos, ocasiones, días en que vivir arde. La existencia se hace pesada, espesa, dolorosa. Tras mi rostro que calla se agolpa mi asfixiante y rasposo sentir, tan viejo, tan conocido, tan presente. Quisiera expresar con gemidos o con muecas mi angustia, sin embargo lo único que logro es tener la mirada perdida y semblante de ausencia. Hoy no pienso, hoy soy la Luna Menguante y la bruma pesada que asecha sobre mis hombros. Hoy una gota de silencio infinita, mi vista nublada y mi mirada perdida. Mañana renaceré sonriente de en medio de esta negra mancha. Yuro Yuritzy

domingo, 6 de febrero de 2022

El nacimiento de Mora


Mora estaba cansada de ser madre, no por falta de amor. 
Simplemente, se sentía en decadencia, estaba transitando su tercer puerperio y no se encontraba si misma, sabía que cuando lo hiciera nada volvería a ser lo mismo de cualquier modo.

En muchas ocasiones desdeño la maternidad, empezando por su propia madre, una mujer entregada a los demás pero reprimida y abandonada de si misma, tenia un gran apego al sufrimiento, escondía tras sus hondos suspiros amarguras y soledades que
habitaban su alma desde que era niña, la añoranza de su padre y la orfandad temprana de su madre fueron matizando su alma de grises y negros. Mas tarde conoció al que sería su esposo y padre de sus hijos, y esta relación solo perpetró su dolor.

 Mora no quería cargar con ello. Cuando era niña y se  subía a la cama de sus papas para estar con ellos, había algo que ella no entendía pero que percibía en el aire, algo que era desagradable y llegaba a revolverle el estomago. Ella era muy pequeña y no entendía porque le pasaba eso, y nunca se animó a contárselo a nadie más.